sábado, 7 de marzo de 2009

dos lágrimas

cuando brotaban de sus grandes ojos
bajando tímidamente por sus mejillas
un sólo segundo me bastó para apreciar el universo que había frente a mí.

no es que hacerla llorar haya sido mi intención
al contrario, fue como apuñalar a un ángel
por estas dos lágrimas creí perder toda garantía celestial.

fueron sólo dos y fueron como el cielo que se abría ante mis ojos culpables
dos que me comprometían y me dañaban
dos que me deleitaban y me enseñaban

la primera me susurró su nombre
delicado de presencia, mercenario y vagabundo en su profundidad
vago y errante en su atención
pero detallista y preciso en su reflexión

la segunda me contaba una historia
que no es por abogar a las deidades, pero que aun sigo creyendo que fue fortuita
y con esto no le estoy quitando importancia
pues ella fue la forjó la joya única que había frente a mí


dos lagrimas...
jamás se me olvidarán estas dos lágrimas
aunque me siento culpable las agradezco
porque me revelaron más que en mil horas de conversación

pero bien, puede que las cosas que nos ocurren sean fortuitas
y estas dos gotas/mundos también lo pudan haber sido (entiendo que la culpa la tiene mi boca estúpida)
pero hoy me decía mi madre que el Corán enseña que sólo se le dan pruebas a aquel que es suficientemente fuerte para poder sobrellevarlas
y ahora sé que esas dos lagrimas son tu fortaleza
eso me enseñaste ayer.

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