martes, 27 de mayo de 2008

El mundo desde otros ojos.


Siempre observo poéticamente mi mundo, sus formas y sus prodigios, pero nunca me había detenido a reflexionar sobre la infinita particularidad y belleza de los colores que delinean los hermosos lienzos de las realidades de todas las personas que me rodean y en realidad de cada alma de éste mundo. Unicidad compuesta por todo tipo de sensaciones, sentimientos y hábitos que logran hacer subjetivos e irrepetibles cada uno de nuestros mundos de vida como dice el libro “Construcción Social de la Realidad” .
Al notar que la concepción que tenemos de este mundo viene principalmente de nuestra vista, cuando aparecen en nuestras mentes recuerdos, imágenes, signos, incluso personas son, cómo en un álbum de fotografías. Recuerdos principalmente almacenados a través de nuestros ojos.
Mi imagen del planeta Tierra como una esfera azul verdosa, de millones de kilómetros de extensión, con incontables etnias diferentes, con billones de personas, de distintas tonalidades de piel, personalidades, etc. es tan mía como única por todos los factores que han influido en ella, pero la mayoría yo las recuerdo con imágenes, ya sea de videos, prensa, o vivencias. Pero así como todos los niños en crecimiento, viven la esplendida travesía hacia el dorado del conocer, por distintas rutas y con distintas compañías, cada elemento del mundo es adquirido de una manera diferente. Es vista desde otros ojos.

El libro “Niños y Niñas Con Ceguera, Recomendaciones para la familia y la escuela” menciona como un niño ciego tendrá dificultades para percibir el mundo más allá de su cuerpo debido a que recibiría menos información. Lo cual generó la siguiente pregunta ¿realmente el niño ciego experimenta “dificultades” para aprehender su entorno?. Esta pregunta, como es común en la reflexión, derivó en más preguntas como ¿cuáles dificultades?. Y la respuesta dada por el libro es la carencia de información, pero ¿sólo la información nutre al conocimiento?, ¿acaso aquellas personas que durante el desarrollo sienten que su camino no es seguir la heterosexualidad, no sufre “dificultades” por la exclusión social?, y aquellos que tienen SIDA ¿no sufren “dificultades” por su enfermedad?. Incluso yo, que para cualquier normalista soy (si, sigo siéndolo) un niño que cabe dentro de los parámetros de los paradigmas sociales como “normal” he tenido “dificultades” a lo largo de mi aprendizaje del mundo. ¿Realmente existen dificultades para el aprendizaje del mundo o simplemente rutas diferentes?

Todo esto logró detener mi monótona carrera de individualismo y me impulsó a abrir por un momento esos ojos escondidos para la mayoría de los humanos. Esos ojos que te enseñan los secretos maravillosos de la creación, y fueron éstos quienes me guiaron en la revelación de hermosos y malmirados desvíos en esta diversidad que nos forma.


Existen tantos detalles en este mundo, cada uno de nosotros es un detalle. Cada parte de nosotros es impresionantemente diferente a la parte similar de otra persona. Esto nos devela que no sólo hay un mundo, sino que infinitos mundos similares pero divergentes los unos con los otros, pero aun así interrelacionados entre si, ya sea compatibles u opuestos, pero abiertos a la interacción. Cada cual tan particular y subjetivo como los otros. Sin una real “normalidad”, ya que ésta no es más que una pantalla mediática, un concepto inexistente, fijado por las mayorías consensuadas pero no siempre fidedignas a la realidad o a lo realmente correcto. Concepto construido para disipar las libertades del desarrollo integral de cada individuo. Por ende, si es que hablamos desde un punto de vista “normalista” encontraremos dificultades y hundiremos a todas las personas en un estigma de incapaces simplemente por ser distintos.

Actualmente, como nos decía Catherine en la entrevista realizada por mi grupo, “muchos ciegos y discapacitados visuales se apocan frente a los desafíos y creen ser incapaces sin haberlo intentado nunca”, pero esta creencia viene originado por la mirada normalista que ha tomado históricamente la sociedad, hermética y discriminadora, y mientras este punto de vista siga imperando en nuestra cultura, seguirá creyéndose inferior al diferente (a todos, en una mirada individualista), y no se podrá tener una real libertad, un desarrollo integro de las personas, lo cual debería ser el enfoque de toda educación.

Por ende y como conclusión, nuestra labor como futuros educadores debe ir enfocada en cambiar estos esquemas de exclusión, y estimular las diferencias para invertir estar ilusas “dificultades” en ventajas y provechos.

1 comentario:

Javier dijo...

Pablo, me di el tiempo de leerlo.
Muy interesante el análisis que haces acerca de como nuestra sociedad y entorno, propulsada por nosotros mismos, se encarga de hacerle creer a un "no vidente" o a cualquier persona con algun tipo de "discapacidad" que no podrá realizar niguna actividad dentro de los parametros de la "normalidad".
Me gusto aquello que escribiste de que este tipo de "discapacidades" son tan solo los que nos hace diferentes unos a otros, yo por ejemplo no tengo ninguna discapacidad física, pero si tengo una discapacidad respecto a la empatía y como acoger a personas como de las que hablan. Todos tenemos discapacidad, Dios lo quiso asi, y tal como todos tenemos estos defectos, todos podemos avanzar en nuestros sueños desde caminos diferentes.
Bueno, me alargue un poco en mi comentario, pero bueno...
Un abrazo Pablito,
suerte en todo
nos vemos pronto


aDios